27 de julio de 2017

Machete de Carnicero Medieval.

Regresemos a temas medievales.
Terminología histórica a parte, no estoy seguro de si llamarle “Hachuela”, aunque "Cuchilla" igual funciona mejor; pero el término “Machete” le viene perfecto para entendernos en español internacional actual. Hace tiempo tuve otro de esos lapsos de iluminación epifaníca mirando iluminaciones medievales en internet, no recuerdo como pero di con esta imagen:


Podemos apreciar allí con gran detalle una carnicería medieval, concretamente esta ilustración viene del libro Tacuinum Sanitatis Lat.9333, de alrededor de 1450 en Francia, un ejemplar de un famoso tratado sobre salud de origen árabe, aunque traducido y totalmente occidentalizado pues incluso se ve  en otras imágenes como se procesa carne de cerdo con singular alegría. El detalle que atañe a nuestro asunto es el machete que reposa sobre la mesa.

Una cuchilla de tamaño considerable, no hace falta mucho para deducir que es la herramienta principal para despiezar a los animales en trozos manejables, pesables y vendibles, cumpliendo la función de las hachuelas de carnicero actuales que todos conocemos por el morbo que dan en el cine y la televisión cuando se empuñan contra carne humana (carne corredora y gritona, a ser posible), aunque cada vez más su función en las carnicerías vaya pasando a las sierras eléctricas sinfín o de disco.


No tuve que buscar mucho para dar con otras ilustraciones del tema en el mismo libro. Ésta otra se ve más pequeña, quizá más apropiada para trabajar sobre ovinos, que es lo que parece representar la ilustración:


Y éste otro mucho más grande y contundente, que aparte de largo es bastante ancho, incluso se ve igual a los machetes que se usan para cortar caña de azúcar, parece hacer fácil el trabajo de despiezar cerdos:

Se ven en general cuchillas muy simples de forma rectangular estrechada hacia el mango, con cachas seguramente de madera sostenidas siempre por cuatro remaches y con un aro en el extremo de la empuñadura, que habría servido para guardar la herramienta colgándola.

Esto me llamó poderosamente la atención y decidí hacer uno basándome en estas ilustraciones, sin tomar algún ejemplo en particular pero considerando las variaciones entre los mismos. Así que comencé con  un trozo de muelle de suspensión automotriz, el viejo y confiable acero 5160. No voy a forjar tantísimo, por lo que corté directamente la empuñadura dejando material suficiente para el aro.



A la fragua a enderezar


Y luego a forjar para hacer la geometría de la hoja, solo aplastar un poco el filo y extender el ancho de la hoja en el extremo para acercarnos a la forma de las iluminaciones.


Hacer los cuatro agujeros en la empuñadura para los remaches



Y el importantísimo aro.


Ya empieza a verse la intención......


A recortar y desbastar




Ya con la forma muy afinada enderezo lo mejor posible en caliente y normalizo la hoja y hago los tratamientos térmicos: normalizar, templar y revenir.


Ahora a rectificar y pulir como ya expliqué en su momento, pero en esta ocasión no rectifiqué a piedra sino a segueta, usando una sierra de arco como si fuera lima, al mas puro estilo del Tercer Mundo (fiel a mi tradición el vídeo es pésimo):



Es una solución de ínfimo presupuesto para rectificar una hoja grande y templada luego de hacerlo lo mejor posible a esmeril/radial, así que tampoco hay que sacar mucho metal ya. Si lo hago a piedra me tardo más, No lo hago a lima porque la arruinaría con pocas pasadas, las limas están reservadas para otras cosas. En cambio con la sierra saco rebaba como si nada y me deja una superficie plana lista para lijar, vámos, hace el mismo nivel de trabajo que la lima pero sin arruinar una, y aguanta mas de lo que pareciera, de hecho es una sierra usada que ya había desechado para cortar.


Esta hoja voy a dejarla con una terminación muy basta, apenas hasta el grano 150, simple pero ya luce mucho y no de nada de miedo usarla y reusarla.


Las cachas las hice de mezquite, una aberración histórica porque es una madera americana, pero nadie negará que tiene un bonito color además de ser dura y pesada; la dejé sin pulir, apenas con el acabado de la escofina, aunque eso sí, al montarlas nada de pegamentos modernos tal como se hubiera hecho entonces y como yo hice mis primeros cuchillos. Se siente algo raro saltarse ese paso.


Los remaches de hierro los dejé brutos y sobresaliendo bastante, cuando lo habitual es desbastarlos al ras de la madera.


Y luego de afilarla queda lista, nada de sutilezas, un filo muy basto y robusto a piedra, para cortar por impacto a través de carne, tendones y huesos todo el día.


Mide 50.5cm totales con 33.5cm de hoja, 5mm de grosor en el lomo y 760g de peso, dimensiones que le confieren una contundencia notable.


No creo que nadie, al menos en mi entorno, esté interesado en el especifico y engorroso tema de recrear una carnicería medieval…… así que viéndolo con buena voluntad, aunque fuese específicamente una herramienta para carniceros no me parece descabellado pensar que al menos alguna pudiera haber salido del entorno carnil y terminara como machete utilitario en manos de cualquier individuo no-carnicero, partiendo leña o desbrozando, podando, tallando madera, cortando verduras,  y quien sabe quizá hasta como arma de emergencia, pues a pesar de su corto alcance si se daban las circunstancias, un golpe bien descargado con esto no habría dejado indiferente a nadie. Puedo imaginar perfectamente a un peón mugroso que ha quedado en el bando vencedor, recorriendo el campo tras la batalla rapiñando entre suplicas y alaridos, rematando heridos aquí y allá también de la manera menos elegante con esta herramienta, único aporte propio (la robó) a su pobre panoplia................. Necesito dormir más. 


Curiosamente es muy pero muy atemporal, así de botepronto nadie diría que es algo medieval, incluso nadie diría que es europeo. Me recuerda mucho a una tipología de machete del Sudeste Asiático llamada "Parang" que actualmente está muy de moda entre la gente que gusta del campismo y cosas afines, convergencia evolutiva pura y dura.


Me encontré esta pintura de Fra Angelico del alrededor de 1430-50 donde se ve la muerte de San Pedro Mártir (cuya historia produjo un arte especialmente interesante para tipos como yo por el fiel registro que dejó de las posibles armas homicidas), el asunto es que su matador lleva pendiendo del cinto un machete casi igual pero más grandote, con el que ya hendió cual melón maduro la santa tonsura de su víctima. 
Nos leemos pronto, saludines.